Las nuevas tecnologías crecen y cambian de una forma vertiginosa. Y cada vez es más fácil ver a los niños pequeños cómo son capaces de desenvolverse con aparatos tecnológicos que en épocas anteriores ni siquiera hubiéramos podido imaginar. Pero ¿qué ocurre si les damos a los niños de hoy en día cualquier equipo tecnológico del pasado? Pues muy sencillo, en primer lugar, se aburren muchísimo porque eran aparatos tan sumamente complicados que no llegan a entenderlos apenas.
Creo que casi todos hemos visto el famoso vídeo de las dos chicas adolescentes que se paralizan frente a un teléfono de ruleta, de los de toda la vida. Cuando las chicas se tuvieron que enfrentar a hacer una llamada desde uno de esos teléfonos antiguos no tenían ni la más mínima idea de cómo debían hacerlo. Lo cierto es que buscaban las teclas para poder marcar. Quizás para los que vivimos aquellos aparatos todo sea nostalgia, pero los niños no tienen esos sentimientos, porque en absoluto conocieron aquella tecnología del pasado.
Ellen Degeneres, la famosa presentadora americana, realizó un experimento social con niños en su programa en el que les mostraba aparatos con el que muchos hemos crecido y las risas estaban garantizadas. Los pequeños no eran capaces de identificar en absoluto ninguno de los equipos y lo más común era buscar el botón para encender aquellas piezas vintage. Lo que ocurre es que antes no nos hallábamos ante una tecnología ten electrónica como la de hoy en día, era todo mucho más mecánico.
La tecnología que nos dejó el pasado
En cuanto a juegos y videoconsolas, la evolución ha sido increíble. No ha pasado tanto tiempo desde aquellas consolas en las que se cargaba un cartucho con un montón de juegos y podías pasar horas y horas frente al televisor. Esos juegos dieron paso a las historias gráficas más antiguas y de ahí hasta lo que tenemos hoy en día. El streaming es la moda más actual y la conexión a Internet se hace imprescindible para jugar online contra otras personas. Hace unos años eso no era lo habitual, además era prácticamente impensable. La consola más famosa era aquella Game Boy gigantesca en la que debíamos cargar cada juego a modo de cartucho. Los niños de hoy no la entienden apenas, pero si les damos un smartphone serán capaces de bajarse cualquier juego y pasárselo en cuestión de un rato.
Obviamente, los ordenadores y PCs antiguos eran muchísimo más complicados que los actuales que son súper intuitivos. Así que en el momento en que un niño debe enfrentarse a cualquiera de los aparatos viejos se aburre muchísimo. Primero por el tiempo que tarda en cargar y segundo por la enorme dificultad a la que se ven expuestos. Si les damos una cinta de cassette de las que usábamos para escuchar música en los 80 y 90 se quedarán alucinados y no tendrán ni la más remota idea de para qué sirve semejante pieza o cómo se usa para escuchar música. El CD, incluso, ya está perdiendo puntos frente a las memorias externas que permiten almacenar muchísimo material en un espacio reducidísimo.
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