A pesar de la pandemia y todos los retos que azotan al mundo, la quinta generación de tecnología inalámbrica 5G avanzo al cuádruple de la velocidad de crecimiento en cantidad de suscriptores que las redes 4G LTE. Según datos revelados en el mundo se sumaron 225 millones de suscriptores a las redes 5G entre el T3 2019 y el T3 2020, un crecimiento que a las redes LTE 4G le llevó cuatro años lograr. Para diciembre de 2020, había 229 millones de suscripciones en las redes de 5G. Lo que representa el aumento de un 66% respecto al trimestre pasado.
Chris Pearson, presidente de 5G Americas, dijo que “el surgimiento de redes de 5G veloces y de baja latencia llega en un momento importante en el que las personas han pasado a trabajar en forma remota. Esta adaptación histórica demuestra claramente la necesidad de conectividad móvil continua frente a requisitos de distanciamiento social y físico que modificaron la forma en que trabajamos, vivimos y jugamos”. En el tercer trimestre del 2020, otras 29 redes 5G pasaron a condición operativa, llevando el total a 143 redes 5G comerciales en el mundo, una cifra que se prevé alcanzará las 180 para fin de 2020.
En 2017 nos preguntábamos cuando llegaría esta tecnología y hoy, ya es una realidad.
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¿Qué es la tecnología 5G?
El 5G está en boca de todos. Esta nueva tecnología móvil aumentará la velocidad de conexión, reducirá al mínimo la latencia (el tiempo de respuesta de la web) y multiplicará exponencialmente el número de dispositivos conectados. En otras palabras: estaremos conectados a todo, todo el día, y en el menor tiempo posible. Gracias al advenimiento del internet de las cosas, parte del mobiliario urbano de las grandes ciudades quedarán permanentemente conectado entre sí.
Al igual que ha ocurrido con otras muchas mejoras tecnológicas, el 5G ya está aquí, y lo hará para quedarse, más allá de las guerras tecnológicas entre China y Estados Unidos. La implantación de la red móvil de quinta generación cambiara la manera de comunicarnos, multiplicará la capacidad de las autopistas de la información y posibilitará que objetos cotidianos, desde la nevera hasta los automóviles, puedan conectarse con nosotros y entre sí en tiempo real.
La denominación de 5G se refiere a la quinta generación de redes móviles que conocemos. Atrás quedó la antigua red de 1G, la de aquellos primeros teléfonos móviles que solo permitían hablar. La tecnología 2G introdujo los SMS, y poco a poco nuestro Smartphone se convirtió en una herramienta de comunicación cada vez más amplia. Primero se incorporó la conexión a Internet 3G y después llegó la banda ancha 4G, lo que trajo consigo la reproducción de vídeos en tiempo real streaming o la realidad aumentada, algo a lo que ya estamos muy acostumbrados, pero que hace unos años eran completamente inviables.
El avance más significativo vendrá de la mano de la velocidad. El 5G permitirá navegar hasta a 10 GBps (gigabytes por segundo), 10 veces más rápido que las principales ofertas de fibra óptica del mercado. A ese ritmo se podrá, por ejemplo, descargar una película completa en cuestión de segundos.
¿Cómo funciona la tecnología 5G?
Muchos aparatos (teléfonos, ordenadores, cámaras de seguridad, cerraduras, productos de domótica) se conectan a la vez, requiriendo una estabilidad constante. Para que eso ocurra y el ancho de banda no colapse se necesita un tipo completamente nuevo de señal inalámbrica. Ahí es donde aparece el 5G. La “G” significa Generación. La tecnología para teléfonos comenzó con el 1G y, al comienzo de los 90, El 5G será construido sobre los cimientos que creó el 4G LTE. El 5G hará más sencillo que la gente descargue y suba contenido en Ultra HD y vídeo en 3D, Esto significa que una película entera en HD puede ser descargada en cuestión de segundos.
Los teléfonos son como radios de doble sentido. Cuando llamas a alguien, el móvil convierte la voz en una señal eléctrica, la transmite hasta la torre de telefonía más cercana, la torre rebota la señal hasta que finalmente alcanza al receptor. Cuando una nueva tecnología de transmisión inalámbrica llega al mercado se le asigna una frecuencia más alta. Por ejemplo, el 3G ocupa la frecuencia de bandas hasta los 20Mhz. En el caso del 5G, probablemente acabe en la banda que llega hasta los 6Ghz. Estas nuevas tecnologías ocupan bandas superiores porque no están ocupadas y mueven la información a más velocidad.
El problema es que las señales con frecuencias mucho más altas no viajan tan lejos como las de frecuencias más bajas, así que necesitarán varias antenas que probablemente se usen para ampliar la señal allá donde se ofrezca 5G. La mayoría de expertos predicen que no estará completamente disponible hasta 2020. Aunque merecerá la pena porque este tipo de conexión es cada vez más necesaria, y si queremos una visión de futuro donde millones de dispositivos permanecen conectados a la red, hace falta un nuevo protocolo, el 5G.